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Xiglú, Arquitectura DDIY_2 (Design&Do It Yourself)
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Xiglú, Arquitectura DDIY_2 (Design&Do It Yourself)

[Enlace Parte 1:  Xiglú, Arquitectura DDIY_1 (Design&Do It Yourself)]


¿Arquitectura de código abierto?

El software libre y su licencia GLP ha creado un nuevo paradigma basado en compartir conocimiento. La construcción de este contexto ha sido posible gracias a que se ha creado una comunidad de personas que han puesto en valor el hecho de compartir y liberar, han desarrollado sus principios, reglas y estrategias; en definitiva han sentado las bases de  la organización de los procesos colaborativos.

Este código ético, o un nuevo proceder en la creación de conocimiento, unido al diseño y la fabricación digital constituyen una de las tendencias destacadas en el escenario actual de la investigación y la innovación en arquitectura. Actualmente algunos nos estamos preguntando cómo trasladar las dinámicas de estas comunidades al ámbito del diseño y la fabricación digital de la arquitectura. Ya hay mucha gente trabajando en ello, cómo se pudo ver en Barcelona en la segunda edición del Congreso Internacional Open Design, un espacio de reflexión anual sobre la cultura del diseño abierto y su potencial en las profesiones creativas.

¿Cómo liberamos código en arquitectura?

Lo podemos interpretar de diferentes maneras:

        -Por un lado liberar todos los planos y detalles constructivos y colgarlos en la red, con sus condiciones, tipos de licencias y regulaciones necesarias dentro del marco establecido, entendiendo que liberar el código es compartir los planos originales modificables. Puede servir y dar mucha información pero también puede inducir a muchos errores ya que la arquitectura (sobre todo si la entendemos como arquitectura sostenible) tiene una notable vinculación con el lugar y nos tan fácil de reproducir.

        -En segundo lugar  nos gusta hablar de abrir el proceso de creación, introducir nuevas metodologías para que el diseño no se quede únicamente en el campo del arquitecto. Esto lo conseguimos a través de procesos como el “design thinking” y otras dinámicas de cocreación, donde el usuario es protagonista del diseño del servicio.

En cualquier caso lo podemos  interpretar como un proceso de liberar conocimiento para compartir y evolucionar un sistema, bien constructivo o de diseño.

Por otro lado tenemos ese nuevo mundo incipiente de los laboratorios de autofabricación de objetos:

         – Fab Lab (fabrication laboratory),  son una red global de laboratorios o talleres digitales locales, que posibilitan la invención dando acceso a los individuos a las herramientas de fabricación digital.

         – Fabbing, la producción doméstica de objetos físicos a través de impresoras 3D.

Cualquiera con unos planos en abierto y compartidos en internet podría ir a un taller con este tipo de máquinas de control numérico y autofabricar cualquier cosa. Es lo que entendemos como la revolución digital en el proceso de fabricación.

¿Son procesos de subjetivación capaces de transformar el imaginario colectivo?, ¿son tendencias  de unos cuantos “frikis” por la cultura colaborativa?

Lo que sí parece claro es que estamos en momentos de poner todo patas arriba y los modelos tradicionales ya no sirven, por lo tanto debemos innovar dentro de los valores que pensamos que deben crear las nuevas reglas de juego, un juego donde cada vez debe tener mayor peso lo que se llama la multitud inteligente, es decir una multitud interconectada y activa con cada vez más conocimiento e imaginación colectiva, financiada por la propia multitud, que construye las nuevas reglas de funcionamiento social sobre las cenizas del individualismo y competencia capitalista.

 

Pero la clave por resolver es una de las cuestiones que plantea Ricardo Amaste en el último texto de ColaBoraBora: “Sobre diseño abierto y sobre abrir el diseño” , “…¿Cómo nos enfrentarnos a lo abierto sin fórmulas ni prejuicios, sabiendo que casi todo está por hacer?. Metiéndonos en terrenos desconocidos y pantanosos, para pensar, diseñar, proponer otros tipos de licencias, otros entornos, otros servicios, otros sistemas, otras formas de relacionarnos; tratando de no dejarnos arrastrar por las inercias de aceleración productivista, ganando espacio para lo reproductivo; sabiendo que los nuevos modos de producción sólo tienen sentido si vienen acompañados de nuevos modos de gobernanza y propiedad… ¡Y ese es el reto del diseño abierto hoy!.”

El juego del Xiglú.

Hemos planteado el Xiglú cómo un juego que se compone de 12 módulos diferentes, cada módulo es “un quesito” con una función determinada, ventana, puerta, calefacción, ducha, cocina, inodoro, etc… y además hay cuatro piezas que no son triangulares, sino rectas que nos sirven para hacer ampliaciones de la forma redonda básica. Se pueden unir diferentes piezas y puedes hacer agrupaciones.

La idea es que cada uno pueda bajarse el recortable, hacer su proyecto, hacerle una foto y enviarlo por mail para valorarlo. Desde Xilacurve se le puede hacer alguna sugerencia si hay algo que se puede mejorar y el cliente decide. En un futuro no muy lejano esto será un juego digital con un presupuesto automático. De esta manera el usuario participa en el proceso de diseño, dando respuesta  a sus necesidades y  uniendo los módulos que quiera y necesite.

Obviamente las reglas del juego vienen preestablecidas, hay un diseño previo. Pero este proceso de configuración del programa es abierto y está en continua evolución. Después de los primeros prototipos construidos y testados colgaremos los planos y  la comunidad lo podrá seguir desarrollando. Pretendemos crear un proceso de cocreación e innovación distribuida.

Trasladar el movimiento del código abierto a la arquitectura es complejo. En este caso hemos optado por la participación en el proceso de diseño y acortar la distancia entre diseñador y cliente; haciendo que el cliente pueda diseñar sus proyectos (dentro de esas primeras reglas de juego).

Después crearemos los siguientes pasos para liberar todo el código donde definiremos un conjunto de principios comunes, las estrategias para compartir el código, el diseño de las licencias de distribución y la organización de los procesos colaborativos.

Aunque pueda parecer una moda, creo que no lo es, los procesos abiertos han llegado a la arquitectura para quedarse, vienen a esta sociedad para construir lo que Rifkin llama “La civilización empática” y esperemos que sean una cualidad que defina la arquitectura de este siglo.

De otra manera sin sostenibilidad, ni ética, ni colaboración esta sociedad creo que no tiene mucho futuro. Por eso nos quedamos con algunas de las ideas que nos gustan de este movimiento y que intentamos trasladar a la arquitectura, con mejor o peor éxito.

«El interés de los entornos libres / open source en comparación con los entornos llamados propietarios radica en: 

     -la mayor accesibilidad al conocimiento,

     -la aceleración de la innovación en entornos distribuidos posibilitada por esta accesibilidad,

      -y la mejor distribución de la riqueza generada entre los participantes en las redes productivas implicadas.»

 

Texto de J.Pérez del Ama, M. Gutiérrez, J.M. Sánchez-Laulhe, Juan José Olmo.

3 Comentarios
  • Jorge
    Posted at 10:35h, 08 mayo

    Creo que estamos hablando de dos distintos escenarios que responden de manera diferente a esta pregunta: ¿para quién liberamos la fuente?

    En el mundo del software libre existe desde hace tiempo ese cuestionamiento: ¿De qué le sirve a un usuario, no programador, que un programa sea libre?

    Me parece interesante que con Xiglú estéis tratando de liberar la fuente (hablar de «código» aquí me parece impreciso) para el usuario, no tanto para el arquitecto, de forma que el beneficio sea más directo y evidente.

    Liberar los planos y especificaciones empodera a otros profesionales, y sólo indirectamente a los usuarios, pero no deja de ser una opción fundamental que creo que debería ir en paralelo con la que proponéis.

    • SATT
      Posted at 11:30h, 08 mayo

      Hola Jorge, soy Ana.
      Me alegra escucharte por aquí.
      Justo en eso estamos ahora mismo. Queremos seguir el camino que otros han abierto como open source ecology, wikihouse, paperhouses, …
      En el caso concreto del Xiglú, los promotores del proyecto son «nuestros clientes». Ellos han confiado en nosotros en este proceso y nos han dado libertad y confianza a la hora de ir proponiéndoles cosas.
      Liberar los planos es el siguiente paso.

      La verdad es que es que la experiencia está siendo muy gratificante. Todavía me da mucha alegría al recordar el primer encargo de un Xiglú, la persona interesada se había descargado el juego, se había diseñado su Xiglú, le hizo una foto y se la mandó a Juanjo y Javier (promotores del proyecto). ¡Ellos nos reenviaron la foto!.

      Seguimos adelante.
      Un abrazo Jorge¡

  • Jorge
    Posted at 13:17h, 09 mayo

    ¡Genial! Ya tenéis una primera experiencia de funcionamiento, eso es un puntazo 😀

    Por cierto, ya que lo mencionas, yo de momento de Paperhouses no me creo nada. Pero Open source ecology y Wikihouse sí que me parecen referencias válidas, de las pocas realmente interesantes actualmente.

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